La contabilidad es una disciplina que registra y clasifica los ingresos y gastos para producir información de índole financiera. La contabilidad doméstica es aquella que se ocupa de estas tareas en el contexto del hogar. No siempre es fácil, por eso, en GRUPO PACC te ofrecemos los siguientes consejos y también asesoramiento especializado en seguros y productos de ahorro e inversión.
Qué entendemos por contabilidad doméstica
La contabilidad doméstica es la gestión organizada de los ingresos, gastos y ahorros de un hogar con el objetivo de mantener cierto equilibrio económico.
A través de este proceso, se puede optimizar el ingreso y planificar metas económicas a medio y largo plazo, como pueden ser la compra de una vivienda o la contratación de un plan de jubilación.
Para saber cómo llevar las cuentas de casa, es necesario balancear tres partidas o asientos contables:
- ingresos, que incluyen salarios, pensiones o cualquier otra fuente de dinero;
- gastos, tanto fijos (alquiler, seguros y planes de salud, hipoteca) como variables (viajes, ocio y entretenimiento, la compra de un electrodoméstico);
- y ahorro, un fondo que debe incluirse como parte del presupuesto.
La importancia de llevar una buena contabilidad doméstica
Llevar la economía doméstica permite cubrir los gastos cotidianos sin sacrificar metas a largo plazo, como la compra de una vivienda o un proyecto profesional.
Además, contar con una reserva económica para imprevistos reduce el estrés asociado a problemas de liquidez y permite evitar el endeudamiento.
Por otro lado, la prevención del endeudamiento y la planificación de la jubilación son dos aspectos en los que la contabilidad doméstica puede ayudar a tener una mayor calidad de vida a corto, mediano y largo plazo.
Cómo llevar las cuentas de casa: 5 consejos esenciales
1. Establece un presupuesto realista
El paso básico para gestionar las cuentas de la casa es, justamente, saber cuáles son las cuentas. Esto es, conocer exactamente cuánto ingresa y cuánto se gasta. Por eso, hay que registrar los gastos diarios para obtener una imagen clara de cuánto dinero se necesita y definir un presupuesto donde los ingresos se distribuyan para cubrir gastos y reservar una parte para el ahorro y otro fondo para imprevistos.
2. Clasificar los gastos
En relación con el punto anterior, los gastos se clasifican en función de su periodicidad:
- Fijos: pagos recurrentes como la hipoteca, alquiler o seguros.
- Variables recurrentes: servicios básicos como agua, luz o gas.
- Variables ocasionales: regalos, viajes o salidas. Esta clasificación te permitirá identificar qué partidas son imprescindibles y dónde puedes reducir gastos.
3. Organizar el ahorro
El ahorro no es lo que sobra. Debe separarse un porcentaje fijo de los ingresos para formar un fondo de reserva. Lo ideal es entre el 10 % y el 20 % del ingreso mensual.
Luego, se reserva entre el 20% y el 40% de esa cantidad para imprevistos, y el resto se dedica a objetivos específicos.
4. Reducir el gasto financiero
Utilizar créditos o préstamos trae un estrés innecesario a la economía del hogar. En caso de ser necesario, el gasto en pagos de intereses no debería superar el 30 % de los ingresos. Un uso responsable del crédito evitará el sobreendeudamiento y mejorará la estabilidad económica.
5. Planificar a largo plazo
Considerar planes de pensiones, cuentas de inversión u otros instrumentos de ahorro para mejorar el rendimiento del capital durante la vejez. Esto es especialmente importante en economías con inflación en los que el valor del dinero se desprecia paulatinamente con el tiempo.
En GRUPO PACC sabemos lo difícil que es llevar las cuentas del hogar. Por eso, además de estos consejos, ofrecemos asesoramiento especializado en productos de seguro, ahorro e inversión.