En España se disfruta de una sanidad pública que está valorada entre una de las mejores del mundo, pero debido a la masificación del sistema, las listas de espera hacen que no se tenga la comodidad y la inmediatez que se debería. Por ello, muchas personas deciden contratar un seguro de salud.
Tipos de seguro de salud:
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Producto básico
(sin hospitalización ni intervenciones quirúrgicas): Es la modalidad de acceso a la sanidad privada más asequible. Se trata de un seguro donde se cubren las especialidades, diagnósticos, tratamientos… excluyendo todo lo que conlleve hospitalización o intervenciones quirúrgicas. Está destinada a usuarios que deseen tener los beneficios de un seguro de salud en cuanto a rapidez y eficacia, pero que no quieran un desembolso mensual elevado.
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Asistencia sanitaria con o sin copago:
La compañía da acceso al usuario a los profesionales que engloba dentro de su cuadro médico con cobertura completa, es decir, incluyendo todos los servicios. Estas pólizas se pueden contratar con copago, precio más bajo, o sin copago, precio más alto.
¿Qué es el copago? En las pólizas que incorporan esta característica, el usuario paga un precio fijo (normalmente mensual) y también pagará por servicio médico que use. Dependiendo del tipo de prestación que necesite, el copago variará.
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Producto de reembolso:
Al igual que el anterior, se trata de una modalidad que da acceso a todos los servicios. Incorpora un capital anual para reembolso de gastos si el profesional al que se quiere acudir está fuera del cuadro médico de la compañía. Por norma general, las compañías abonan al usuario el 80% del importe de la factura.
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Seguro Dental:
Este tipo de póliza facilita al usuario acceso a especialistas en tratamientos odontológicos, beneficiándose de servicios gratuitos y de importantes descuentos.
A la hora de contratar un Seguro de Salud, existen varios términos que se deben tener en cuenta:
Solicitud de seguro y cuestionario de salud:
La aseguradora debe tener un conocimiento certero del cliente, por ello, se exige el cumplimentar la solicitud y el cuestionario de salud. En este documento se deben indicar las preexistencias, que vienen a ser las enfermedades, tratamientos o accidentes que el cliente haya sufrido o haya sido diagnosticado con anterioridad a la contratación de la póliza.
- Copago:
En las pólizas que incorporan esta característica, el usuario paga un precio fijo (normalmente mensual) y también pagará por servicio médico que use. Dependiendo del tipo de prestación que necesite, el copago variará.
- Carencia:
El periodo de carencia tiene en cuenta el tiempo que debe transcurrir desde la contratación de la póliza hasta que se pueda hacer uso de ciertos servicios o coberturas.
Ventajas del seguro de salud frente a la sanidad pública:
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Especialidades:
Se garantiza la libertad de elección del especialista que se desee y que se encuentre dentro del cuadro médico de la aseguradora. En la mayoría de los casos, la elección del especialista se puede hacer sin necesidad de pasar anteriormente por el médico de cabecera, ganando en agilidad y rapidez.
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Urgencias:
Los servicios de la sanidad privada, al no estar tan masificados, dan acceso al usuario a una atención mucho más inmediata y mucho más cómoda.
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Tratamientos médicos:
Por norma general, dentro de la sanidad privada, se contemplan los tratamientos, la tecnología y las técnicas más innovadoras.
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Hospitalización:
Al igual que en las especialidades, el usuario puede elegir en qué hospital desea su atención. Además, se pone a su disposición una habitación de uso individual en la que puede descansar, tanto el enfermo como el acompañante, de una forma más cómoda y tranquila.
Las aseguradoras que comercializan Seguros de Salud se han ido adaptando a la demanda que reclama la sociedad, incorporando diferentes tipos de productos que se adapten a las necesidades de cada usuario. De este modo, suelen partir de modalidades básicas a modalidades más completas donde se cubre casi cualquier tipo de prestación.