La información se ha convertido en uno de los activos más valiosos de las empresas en la actualidad. Sufrir un ciberataque y ver cómo los datos se ven comprometidos puede conducir a una situación muy complicada para cualquier negocio, afectando negativamente a su reputación, ocasionando pérdidas económicas, e incluso viendo cómo se interrumpe su actividad.
La mejor solución para estar cubiertos ante estos ataques maliciosos externos es contratar un seguro de ciberriesgos que minimice las consecuencias negativas que se pudieran producir tras un ciberataque.
En este artículo veremos qué es un ciberataque, cuáles son sus consecuencias, cómo se pueden prevenir y cuál es la cobertura de un seguro de ciberriesgos.
¿Qué es un ciberataque y qué puede ocasionarnos?
Se puede definir un ciberataque como toda aquella acción que se realiza contra sistemas informáticos con el objetivo de impedir su correcto funcionamiento o extraer información de los mismos. Los ciberataques afectan tanto a los sistemas como a la información y sus consecuencias pueden ser de extrema gravedad.
Las principales consecuencias de sufrir un ciberataque pueden resumirse en las siguientes:
- Pérdida o robo de información.
- Imposibilidad de acceder a la información al estar encriptados los archivos (ransomware).
- Robo de contraseñas y suplantación de identidad (phishing).
- Caída de sistemas informáticos (ataque DDoS).
¿Cómo podemos prevenir un ciberataque?
La ciberseguridad es uno de los aspectos más importantes para las empresas por lo que toman medidas e introducen protocolos para evitar o reducir la posibilidad de recibir ataques externos que comprometen sus sistemas y sus datos.
¿Qué es la ciberseguridad?
La ciberseguridad es la mejor forma de prevenir un ciberataque. Consiste en crear una capa de protección para la información y los sistemas informáticos con el objetivo de evitar amenazas que pongan en riesgo el negocio y sus datos.
Para prevenir un ciberataque deben tomarse diferentes medidas entre las que podemos destacar:
- Protección contra malware. Existen muchos tipos de malware que pueden infectar a los dispositivos y sistemas de una organización (virus, troyanos, etc.) por lo que es importante disponer de software para protegerse ante este tipo de ciberataque.
- Protección antifraude. Saber detectar correos fraudulentos es crucial para evitar el robo de información y de datos sensibles (como datos bancarios).
- Sistemas de backup. Las copias de seguridad automatizadas y en servidores externos a la empresa (por ejemplo, en la nube) permiten tener la información a salvo ante ataques externos, pudiendo ser recuperada en caso de necesidad. También son importantes sistemas que permitan recuperación ante desastres o sistemas de alta disponibilidad.
¿Qué cubre un seguro de ciberriesgos?
A pesar de que una organización tome las mejores medidas de ciberseguridad siempre existe el riesgo de que un ataque (con nuevas técnicas o malware) o un mal uso por parte de un usuario ponga en riesgo la información. Disponer de un seguro de ciberriesgos cubrirá todos esos daños derivados de un ciberataque y permitirá a las empresas recuperarse lo antes posible.
Las coberturas más habituales que incluyen este tipo de seguros son:
- Costes de limpieza y desinfección de malware.
- Cobertura a terceros por los daños económicos generados.
- Costes de recuperación de la información.
- Coste de restauración de los sistemas de acceso a servidores.
- Coste generado por las posibles sanciones por incumplimiento de las normativas sobre protección de datos.
La ciberseguridad es de vital importancia para garantizar el buen funcionamiento y reducir las amenazas de ciberataques de una empresa. Contratando un seguro de ciberriesgos se garantiza una cobertura ante las consecuencias negativas que estos ataques externos tienen sobre cualquier tipo de organización.