El vértigo posicional suele ser del tipo paroxístico, y se le conoce popularmente como vértigo benigno, porque no está asociado a afecciones neurológicas graves ni se debe a una enfermedad del oído, sino a un problema que suele poder tratarse sin la ayuda de fármacos.
Sin embargo, cuando el vértigo posicional paroxístico repite con frecuencia y lo hace con episodios agudos, supone una merma considerable en la calidad de vida del paciente. En estos casos, poder evitar las listas de espera de la sanidad pública gracias a un seguro de salud como el Grupo PACC, te permitirá reincorporarte casi de inmediato a tu actividad cotidiana.
Si deseas saber más qué causa y cómo tratar el vértigo posicional con rapidez, sigue leyendo.
¿Qué es el vértigo posicional paroxístico y cuáles son sus síntomas?
El vértigo posicional paroxístico benigno es un trastorno frecuente, que ocasiona breves episodios de este problema como respuesta a los cambios de posición de la cabeza que estimulan el canal semicircular posterior del oído interno.
El vértigo es una sensación irreal de giro o movimiento de suelo y paredes, como si se encontraran rotando, y puede acompañarse de otros síntomas como las náuseas y los mareos. En efecto, mareos y vértigos no son un mismo síntoma, aunque a veces el paciente no sepa distinguirlos bien.
Por eso, ante un episodio agudo de vértigo, incluso si has sido diagnosticado previamente y te han dicho que tu caso pertenece a alguno de los cuadros del tipo posicional benigno, debes acudir de inmediato a un servicio de urgencia o a un otorrino. Esto es necesario para descartar otros tipos de vértigo que pueden requerir de tratamiento continuado o de cirugía.
El de tipo posicional tiene síntomas que pueden asustar, como el nistagmo o movimiento involuntario de los ojos, que es lo que hace sentir que todo rota.
Los episodios se desencadenan de repente al realizar ciertos movimientos gatillo. Algunos de ellos forman parte de la rutina diaria, de ahí lo limitante de esta afección, por benigna que sea.
¿Qué produce el vértigo posicional?
En el canal semicircular del oído tenemos un líquido y unos cristales. Cuando movemos la cabeza, los cristales chocan con las paredes del canal, transmitiendo información sobre nuestra posición.
En ocasiones, hay un desequilibrio en la presión interna dentro de los canales semicirculares o aumenta la concentración de los cristales.
El resultado es una señal aumentada, que causa lo que se conoce como vértigo posicional, y suele aparecer al agacharnos o levantarnos con rapidez, o con cualquier movimiento repentino de giro de cabeza.
Los episodios de vértigo posicional pueden durar desde unos 45 segundos, en cuyo caso se suele hablar de microvértigos, hasta ir repitiéndose de manera encadenada durante 24 horas.
¿Cómo tratar el vértigo posicional?
En la mayoría de los casos de vértigo posicional paroxístico benigno, basta con una visita al otorrino para experimentar una mejoría casi total de inmediato, sin necesidad de fármacos.
Esto se consigue gracias a la maniobra de Epley, consistente en realizar una serie de giros a la cabeza con el paciente acostado en una camilla, para lograr que los cristales antes mencionados salgan del canal semicircular y dejen de dar señales equivocadas o demasiado intensas.
Esta maniobra debe realizarla el otorrino, y en ocasiones te puede prescribir una medicación para los días posteriores. Si no vuelves a tener un episodio de vértigo posicional, no necesitas preocuparte ni repetir la visita con el especialista. En caso contrario, tratándose del tipo paroxístico, se vuelve a repetir la maniobra cada cierto tiempo, meses o semanas.
Si no respondes bien a la maniobra de Epley o si presentas síntomas compatibles con vértigos de otro tipo, el otorrino solicitará una serie de pruebas diagnósticas y puede derivarte también a otros especialistas, como el neurólogo y el neurocirujano, para poder confirmar o desmentir el diagnóstico inicial.
En ocasiones, obtener un diagnóstico definitivo de un tipo de vértigo lleva años, por lo general, porque muchas veces se recurre tachar de paroxístico lo que es un inicio de otro problema más serio. Una vez se tiene el diagnóstico certero, si sufres vértigo paroxístico que no remite con maniobras o rehabilitación vestibular, pasas a tener un tratamiento para ayudarte con la sintomatología cuando se repitan los episodios.
Para salir de dudas cuanto antes y para poder comenzar el tratamiento farmacológico, ayuda no tener que estar esperando meses entre una prueba o una consulta y otra. Eso lo saben bien quienes disfrutan de un buen seguro privado de salud.
El vértigo posicional benigno se produce por causas fisiológicas normales y suele poder tratarse con una sencilla maniobra que realiza el otorrino en su consulta. Cuando los pacientes no responden a esta maniobra o si hay sospechas de poder estar ante otro tipo, el otorrino solicita pruebas y la opinión de otros especialistas, comenzando así un proceso largo y desesperante cuando los episodios se repiten con frecuencia, hasta lograr el diagnóstico definitivo.
Aunque ya hayas sido diagnosticado, si sufres una crisis de vértigo paroxístico agudo y no se resuelve al cabo de unas horas, o si presentas otros síntomas ajenos a tu afección, debes acudir a un médico de urgencias para descartar que se trate de otra cosa.