La pensión contributiva es la modalidad más extendida dentro de nuestro sistema de protección social. Esto es algo positivo, porque este tipo de prestaciones siempre son más elevadas que las que tienen un carácter no contributivo. En cualquier caso, lo importante es gestionar bien el dinero del que se dispone y, todavía mejor, planificar la jubilación con tiempo.
¿Qué es una pensión contributiva?
Es una prestación económica abonada por la Seguridad Social y que se percibe en caso de jubilación o de sufrir alguna otra contingencia que dé acceso a ella, como una incapacidad permanente.
Está disponible tanto para los trabajadores por cuenta ajena como para los trabajadores por cuenta propia (autónomos), siempre y cuando cumplan los requisitos que vamos a ver a continuación.
Requisitos para acceder a una pensión contributiva
Las pensiones contributivas solo están disponibles para quienes cumplan una serie de requisitos:
Haber cotizado a la Seguridad Social un mínimo de 15 años
En este sentido, es importante tener en cuenta que desde octubre de 2023 la cotización por jornada parcial y jornada completa se ha equiparado; es decir, si se trabaja a jornada parcial, por cada día trabajado, se cotiza ahora un día entero a la Seguridad Social.
Período de cotización
Dos de los años cotizados deben serlo en los 15 años inmediatamente anteriores a solicitar la pensión.
Requisito de edad
Si es una pensión de jubilación contributiva, el solicitante debe haber alcanzado la edad legal de jubilación.
Otros requisitos
Para otras pensiones contributivas que no son de jubilación, se pueden exigir requisitos algo diferentes. Por ejemplo, para una pensión por incapacidad permanente, en función del grado de incapacidad reconocido, se exigirá más o menos tiempo de cotización previa.
¿Cómo gestionar una pensión de jubilación contributiva?
La jubilación es algo que conviene preparar con suficiente antelación, porque la cuantía de las pensiones (incluso siendo contributivas) no es demasiado alta en la mayoría de los casos. Por eso, se aconseja empezar a planificar el retiro con tiempo suficiente como para poder ahorrar y no depender únicamente de una pensión pública.
Por otro lado, una vez que se empieza a cobrar la pensión, como el poder adquisitivo suele bajar, es importante hacer una revisión de los ingresos y los gastos. Elaborar un presupuesto es la mejor manera de garantizar que siempre habrá recursos suficientes para cubrir las necesidades básicas.
Si es posible, una parte de la pensión debe destinarse al ahorro. Esto permite contar con un fondo más o menos amplio que servirá para atender a posibles emergencias o necesidades puntuales de dinero.
En última instancia, si una vez hechos los cálculos sobre la cantidad que se va a cobrar como pensión de jubilación se descubre que no es suficiente, es fundamental tener en cuenta que existen fórmulas que permiten cobrar una parte de la pensión y a la vez seguir trabajando para cumplimentar los ingresos.
La pensión contributiva garantiza unos ingresos mensuales fijos, pero esa cantidad puede no ser suficiente. Por eso, nosotros siempre aconsejamos hacer una planificación y contar con seguros de ahorro y pensiones. Si lo deseas, en GRUPO PACC podemos ayudarte a encontrar el más adecuado para ti.