Cuando contratas un seguro de salud o un seguro de vida es importante comprender lo que te ofrece cada uno. Mucha gente todavía confunde discapacidad con dependencia y dependencia con invalidez. Son cosas diferentes y, por eso, hoy vamos a explicar qué son los grados de dependencia. Veremos cómo se calculan y qué implica cada grado de dependencia a la hora de solicitar ayudas o para saber si nuestra póliza cubre o no las consecuencias de un accidente o enfermedad.
Qué entendemos por situación de dependencia
La definición de dependencia está recogida en la ley de cada país, de modo que puede haber ligeras variaciones. También se regula legislativamente cómo saber el grado de dependencia, aunque primero veamos la definición.
La situación de dependencia es un estado de carácter permanente en el que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, una enfermedad o discapacidad, y ligadas a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, necesitan atención, apoyo o ayuda para realizar las actividades cotidianas.
Si nos referimos a las personas con dependencia intelectual o enfermedad mental, también hemos de considerar a quienes precisen de otros apoyos para su autonomía personal.
Qué grados de dependencia hay
La Ley 39/2006 establece tres grados de dependencia y define quiénes entran dentro de cada uno. Por la dificultad de cuantificar una variable tan compleja como es la dependencia, que puede ser física, intelectual, sensorial o mixta, se recurre a una fórmula matemática. Así, el grado se determina mediante un sumatorio de puntos que dan un resultado comprendido entre 0 y 100.
Con valores entre 0 y 24 puntos se considera que la persona es no dependiente, aunque pueda presentar un grado elevado de discapacidad.
Dependencia leve o moderada
Este es un grupo amplio, que incluye a las personas con una puntuación de 25 a 49 en la evaluación de su grado. También se la llama dependencia de grado I.
Aquí encontramos a personas que necesitan ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día, o tienen necesidades de apoyo intermitente o limitado para su autonomía personal.
Dependencia severa
O dependencia de grado II, a la que corresponde una puntuación de entre 50 y 74 puntos en el baremo que determina cuáles son los grados de dependencia.
En este grupo, la persona tiene necesidad de ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria (dos o tres veces al día), pero no precisa del apoyo permanente de un cuidador o tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía personal.
Gran dependencia
Aquí entran los casos que algunas personas consideran invalidez, aunque la invalidez se refiere solo a la incapacidad para llevar a cabo la vida laboral.
La dependencia de grado III o gran dependencia corresponde a los valores porcentuales que van desde 75 hasta 100 puntos.
Una persona es gran dependiente cuando necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, requiere del apoyo indispensable y continuo de otra persona, o tiene necesidades de apoyo generalizado para su autonomía personal.
Como podrás imaginar, los grados de dependencia recogidos en la ley se prestan a errores de valoración, incluso utilizando una fórmula compleja como la aplicada en España. Por este motivo, a veces la correcta valoración se demora, y siempre ayuda contar con el respaldo de una póliza de seguros completa, no solo para cubrir las ayudas económicas, sino también para poder acudir a especialistas en busca de los diferentes diagnósticos y solicitar una primera valoración.
En GRUPO PACC dispones de diferentes opciones para cada tipo de póliza a solo un clic de distancia. En caso de duda, contacta con nosotros para que podamos asesorarte y que puedas elegir justo lo que estás buscando.