El calentamiento global, la pérdida de biodiversidad, el agravamiento de los fenómenos meteorológicos extremos, la sobreexplotación de recursos. Todos estos problemas plantean una difícil solución, pues obligan a plantearse qué esfuerzos estamos dispuestos a hacer los humanos para mejorar la situación general del planeta.
Y a esa pregunta, de momento, no sabemos darle respuesta. Por ello, vamos con otra que sí es más accesible. ¿Sabrías cómo reducir la huella de carbono? ¿Qué pequeños pasos puedes dar para minimizar tu impacto sobre el medio ambiente?
1. Reduce tu dependencia de los combustibles fósiles
Los combustibles fósiles han sido muy responsables del desarrollo económico de las principales potencias mundiales en los últimos tres siglos. Sin embargo, ahora hay que subirse al carro de otras energías, las renovables.
La energía solar, la eólica, la biomasa u otros ejemplos pueden ser un gran aliado de la preservación medioambiental, sobre todo si hablamos de generación eléctrica a nivel doméstico o movilidad a pequeña escala.
2. Deja a un lado el coche… o piensa en un vehículo eléctrico
Esta medida va muy hilada con la anterior. Muchos gobiernos trabajan desde hace años en sustituir parte de la flota automovilística de sus países, pasando de vehículos propulsados con combustibles fósiles a vehículos híbridos o eléctricos.
Esto mismo lo están haciendo también empresas con flotas de vehículos, como las dedicadas al reparto de mercancías en ciudades o los servicios de transporte urbano. En Grupo PACC podemos contribuir con esas compañías ofreciéndoles nuestros seguros para flotas, con condiciones ventajosas y la máxima protección.
Por supuesto, esta medida debe ser integral, no basta con sustituir el parque automovilístico, pasando de vehículos de combustión fósil a eléctricos, sino que hay que priorizar la reducción de estos vehículos privados mediante el impulso de los medios de transporte públicos y colectivos.
3. Reflexiona sobre tus hábitos de consumo
¿Eres de los que coge el coche para desplazamientos de 15 minutos o menos? ¿Usas el ascensor para subir o bajar dos plantas en tu vivienda o en el edificio donde trabajas? Utilizar las escaleras o caminar esos pequeños paseos son gestos que están al alcance de casi cualquier persona y pueden suponer una contribución importante a la reducción de la huella de carbono.
Con estas actitudes no vas a conseguir que desciendan mucho las emisiones de CO₂ a nivel global, pero sí ayuda a poner tu granito de arena y sirve como ejemplo para otras personas a las que puedes influenciar positivamente.
4. Consume productos de cercanía y de temporada
En el apartado de hábitos individuales hay otra práctica muy recomendable. Se trata de basar tu dieta o priorizar los alimentos que consumes en productos de cercanía y de temporada. Si la producción proviene de lugares próximos a tu lugar de residencia, esos alimentos necesitan recorrer menos kilómetros para llegar hasta el lineal del supermercado o el expositor del mercado.
Y con los alimentos de temporada sucede igual. Van a estar más sabrosos y apetecibles. Además, no hay que almacenarlos durante tanto tiempo en cámaras frigoríficas o recurrir a procesos de producción que demandan más agua y energía.
Aunque hemos citado solo cuatro, hay muchas más acciones sencillas muy útiles para luchar contra el cambio climático. Son comportamientos cívicos que no requieren un gran esfuerzo y que resultan especialmente eficaces en materia de concienciación ambiental. Ahora te toca a ti pasar a la acción, ¿sabrías cómo reducir la huella de carbono sin realizar grandes sacrificios?
